Qué es el lujo

La verdadera riqueza y éxito en la vida, y cómo estos NO se miden por posesiones materiales, sino por la calidad de las relaciones y el apoyo emocional. 

El éxito no se traduce necesariamente en tener un Rolls Royce o un Rolex, ni en aparentar una vida de lujo. Para mí, el verdadero éxito fue estar presente en los momentos más difíciles. 

Cuando mi Padre estaba enfermo, dije la mejor frase que he pronunciado en mi vida.  

Mi padre se levantó de la cama del hospital por la noche y se tropezó con las patas con ruedas donde colocan el gotero. Esto le hizo caer, afortunadamente, me puse justo frente a él y mi Padre cayó en mis brazos, para mí eso ha sido un lujo, el poder estar ahí. 

Estaba nervioso, profundamente triste, y sentía el cortisol revoloteando en mi estómago. No sabía qué decir, pero al final solté un: » Qué bien que estaba aquí», a lo que él, con una sonrisa, me respondió sinceramente: «La verdad es que sí». 

Le brindé confianza y esa noche él logró dormir bien, sabiendo que yo estaba allí. Para mí, eso representa un éxito, un lujo.  Logre ser su persona Ancla algo que intento representar en las tarjetas de «Just Win It».

La posibilidad de estar presente en esos momentos fue un regalo increíble. 

Solo hay una vida, haz que cada momento cuente, gestionando tu suerte. 

La última vez que hablé con él, no tenía fuerzas para hablar y no quería coger el teléfono. Le dije a mi madre que le pusiera el teléfono para que me escuchara.  

• Entonces le dije: «Papá, te quiero». 

 El muy cansado contestó, casi sin voz reflejando su cansancio extremo: 

•  «Lo sé, Mario, lo sé».  

Incluso pude escuchar su sonrisa en su rostro, a través del teléfono. Esto destaca la importancia de expresar las cosas importantes. 

Al final, me llamo mi hermana favorita (Solo tengo una pero no la miento) diciendo que ya le habían dado medicina para aliviar el dolor. Ella me dijo que cogiera un avión, en ese momento estaba viviendo fuera de España. Compré un billete, pero lo cambié para llegar más rápido, aunque tuve que pasar la noche en el aeropuerto.  

• Cuando llegué, le dije: «Papá, ya estoy aquí».  

A pesar de las pocas fuerzas que le quedaban, me dio un abrazo con su brazo izquierdo, antes de marchar, su último regalo.  

Ana (una mujer increíble) que estaba cuidando a mi Padre los últimos días exclamo. 

• «Que fuerte es»- Refriéndose a mi padre porque eran sus últimas fuerzas. 

Nos pudimos decir Adiós. 

Mi tía Charo dijo- «No se ha marchado antes, porque te estaba esperando». 

Tuve la Suerte de estar en los peores momentos, y poder despedirme de una de las personas más importantes en mi vida. 

Y no sé cómo, pero todo se alineó para que cuando él estuvo ingresado, estuviera en España con él. Estuve cerca de dejar el trabajo en el extranjero; este trabajo me costó 12 años conseguirlo, pero me hubiera arrepentido de mantenerlo, de no estar donde se merecía estar: al lado de mi padre, para mí lo más importante. 

Se que hay gente que lo pasa peor, pero yo llegue a mi límite, en varias ocasiones, y lo pase bastante mal, incluso para mí no estuve a la altura. 

Un día en el Hospital le dije – «Papa lo siento, no pude venir, me quería disculpar, no me encontraba bien y tenía descansar, si te quiero ayudar es cómo los aviones me tengo que poner yo primero la máscara de oxígeno y después ponértela a ti». Lo dije avergonzado por no dar la talla, pero se lo tenía que decir, pero me encontraba en una profunda depresión, con un síndrome de burnout o estar quemado, que mi padre sabía que tenía de años atrás. 

De hecho, el tiempo atrás me dijo «Mario, lo que me da pena es que estas quemado». 

Mas vergüenza me da, pero prefiero reconocer lo que no supe hacer bien, fue su contestación, porque él tenía cáncer de páncreas y de pulmón, Mi padre estaba peor que yo, y me contesto de manera calmada. 

-«Mario, tú lo estás haciendo bien, sí yo te veo como estas, y no estás bien». 

Hice lo que pude, con el conocimiento y las fuerzas que tenía, no me consuela, pero aprenderé para la próxima, intentaré estar a la altura.