Filosofía

¡Qué suerte! Este es un momento propicio para la mejora. Para mí, ganar es sinónimo de mejorar. ¿Sabías que estar tranquilo y centrado aumenta tus posibilidades de sobrevivir? Si no estás concentrado ni tranquilo ahora, juega, y verás cómo te centras y te tranquilizas. Enfocarte en lo importante y no urgente, esto te ayuda a reducir pensamientos rumiantes, o repetitivos. 

Es como instalar un ordenador para optimizar tu mente; una reprogramación que mejora la química de tu cabeza. El juego fortalece tu corazón, mente y educa tu cuerpo. 

El cuerpo es química, y cuando estás mal, esa química empeora. El estrés mata a las águilas, por eso los cetreros les ponen cascos para que no vean. De manera similar, el estrés afecta al cuerpo y a la sangre; ten cuidado con esto, yo tuve los glóbulos rojos al mínimo por estrés. 

Te propongo que, si tienes dolor o malestar, juegues. Recuerda que el sentido de la vida es vivir y vivir bien. No pierdas, aprende y mejora lo que haces. Dibuja o escribe tus sentimientos de rabia, tristeza u odio; acepta las emociones, canalízalas y te llevarán a un lugar mejor. Recuerda que una sonrisa atrae, es como imán, la ira y tristeza repele o aleja. 

Cuida tu postura, cuida cómo te hablas, crea hábitos y ten mas disciplina porque saldrá solo. No te castigues, corrígete y respétate. Haz regalos de verdad, ya sea con palabras, gestos, favores, tiempo, una carta o un dibujo. Los sentimientos negativos son naturales, pero limítalos. Te aconsejo que diviertas tu alma. 

Cuida tu tiempo, es una inversión. La comida basura, los malos hábitos y las cosas que te producen placer inmediato alimentan al Monstruo. Es feo, da miedo y nadie lo quiere. Se alimenta de placeres inmediatos, Dopamina y Atención (media de atención 8 segundo y bajando), la crisis de hoy en día.  

 Te aliento a que alimentes a la Buena Bestia; impresiona, impone respeto, pone límites, está fuerte, te lleva lejos, crea buenos hábitos y te hace mejor. Se alimenta de paz, elegancia (saber elegir bien) de Oxitocina, Endorfina, Serotonina, Tranquilidad, Disciplina. 

Elige a quién quieres alimentar al Monstruo o a la Buena Bestia. 

Si caes, sacúdete el polvo. ¡Enhorabuena, ya conoces el límite! Las cosas no son importantes; tú eres lo importante. 

No aceptes dinero ni ataduras a los hilos transparentes de la voluntad de poder de otros. No dependas. Espero que sea un juego de cuidado mutuo. Me encantaría que la gente, al jugar, tomara menos medicación y cambiara la química de su cuerpo alimentando a la Buena Bestia. 

Quisiera contribuir a hacer un mundo más amable con el juego, porque con utopías se siembra y con tiempo se cosecha algo real. Usa el asco para cambiar conductas y no alimentes al Monstruo. 

Fracasar es normal; Einstein, Galileo, Edison cometieron errores. Usa el enfoque incremental; utiliza el fracaso para aceptar desafíos, superar obstáculos y asumir el esfuerzo como aprendizaje. Esto lo aplicaron las ajedrecistas Polgár; el genio se hace o se nace. 

Rafael Nadal es diestro, pero su tío Toni Nadal le dijo que jugara con la zurda para tener más posibilidades, y ha sido uno de los más grandes tenistas de la historia. Juega con el efecto ganador. 

Mi padre se llamaba Jesús y era profundamente religioso. Observé cómo la religión le brindó apoyo durante su enfermedad, convirtiéndose en un ancla que lo hizo sentir seguro en su devenir y en la aceptación de sus problemas. Mi padre irradiaba luz y era una persona increíble; más de cinco personas me aseguraron que era una de las mejores personas que habían conocido. A lo largo de su vida, él acompañó a muchos enfermos en las peores situaciones. 

Un día, al llegar a casa, compartí con él que varias personas me habían dicho que mi padre era una de las mejores personas que habían conocido.  

• En respuesta, él me dijo: «Mario, te lo dije: siembra y recogerás». Esta lección es verdaderamente asombrosa. 

En su lápida, hemos añadido: «Te recordamos sembrando como siempre», en honor a la sabia enseñanza de mi padre. 

En mi humilde opinión creo que es elegante, una buena elección sembrar, cultivar y por último recolectar.